INSTINTO CINEASTA

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Por qué rodar sin dinero

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Hace unos años, cuando estaba empezando, tuve un debate con mis compañeros cineastas sobre si era posible hacer cine sin dinero o no. Para nosotros, en nuestro contexto, hacer cine se traducía en hacer cortometrajes y potencialmente largometrajes. Éramos tan jóvenes que ni siquiera ninguno de nosotros tenía edad para ir a la escuela de cine, pero ya rodábamos un cortometraje tras otro. Todos teníamos la ambición de ir mejorando con persistencia, hasta que nuestras obras tuvieran cada vez una mayor calidad técnica y artística. Sin embargo, teníamos opiniones muy diferentes.

Yo venía de ver mucho YouTube; un YouTube estadounidense del año 2012 cuando comenzaron a surgir los primeros cortometrajistas con medio millón de suscriptores, e in crescendo, algunos llegando ya al millón. En España esto era desconocido, pero canales como Wong Fu productions, Nigahiga, Zach King, etc. llevaban un ritmo de producción a un nivel profesional que me impactaba. Mi sueño era ser capaz de generar ese ritmo de producción, para llegar a conseguir la visibilidad que ellos tenían a través de la plataforma. Una de las cosas que más disfrutaba ver eran los Making ofs. Para que tengas una idea de lo sofisticado que era, los Makings contenían un breakdown de efectos especiales, tanto con After Effects como efectos hechos en el set. Uno de los que más me llamó la atención, muestran un efecto en que queman a una persona, con un especialista. Muchos eran de acción, uno de mis géneros favoritos.

Ellos habían empezado sin dinero. Tenían su cámara y hacían sketches currados, salían a grabar y nada les detenía. Luego veías el progreso, cómo cada vez se mudaban a oficinas más grandes, y veía que ahí había una oportunidad de crecimiento, comenzando a hacer cine sin dinero.

Mis compañeros no opinaban lo mismo. Sin dinero, nos sería imposible progresar, decían. Para empezar, ya sólo con dar de comer a un equipo, nos llevaba unos cientos de euros. (Por aquel entonces nuestros caterings eran a base de pizza costeada por nuestros padres, pero aun así ello cuesta dinero si sumas varios días de rodaje). Además, nuestro objetivo, como he mencionado, era progresar técnicamente, y para ello habría que financiar mejores medios: cámaras, luz, mejor material de sonido, etc. Para mí el dinero era lo menos importante porque aunque no lo tenía, tampoco sentía que lo necesitábamos.

En mi opinión, al principio, rodar sin pasta es una buena forma de practicar sin arriesgar. Los primeros cortos siempre suelen ser un gran churro, y es mejor tener un churro de 0€ que un churro de 1000€. Además, muchas de las cosas por las que pagarías las puedes pedir prestadas, consiguiéndolas a través de amigos o en escuelas. Si puedes hacerlo de esta forma, el sencillamente pagarlo con dinero es una comodidad que contribuye a que uno no aprenda a enfrentarse a buscar la forma de conseguir las cosas por otros medios. Es una comodidad contraproducente, porque es sobre todo al principio de tu carrera es cuando deberías esforzarte más en informarte, y en buscar todos los recursos y crear los contactos que van a hacer que puedas llegar más lejos después.

Por eso, rodar sin dinero no es equivalente a rodar sin recursos. El cortometraje Acantilado, del director Julu Martínez, el cual produje, se hizo con 300€. Rodamos con una Canon C700 (una cámara que cuesta casi 30.000€) gracias a su colaboración. Todo el mundo me dijo que eso jamás funcionaría, porque las empresas de material técnico no patrocinan porque viven del alquiler que efectuamos para producir. Y sin embargo, en ése momento adecuado, funcionó. Los 300€ los destinamos a catering (3 días) y a transporte (ida y vuelta a un pueblo a 180km de Madrid). Las lentes las conseguimos prestadas, al igual que las localizaciones. Si no hubiera conseguido la C700, hubiéramos rodado con otra también prestada, y aunque fuera peor cámara, seguía siendo una cámara muy buena.

Trailer de Acantilado de Julu Martinez

Rodando sin dinero, se aprende a valorarlo más, y a gastarlo de una manera más adecuada. No creo que a largo plazo, o en un esquema profesional, se deba rodar en precariedad económica. Pero hasta el momento en que llegues a convertirte en un profesional, van a pasar años de esfuerzo en rodajes de cortometrajes que te tienen que llevar hasta los presupuestos profesionales. En otras palabras, no dejes que el dinero se convierta en tu excusa para no rodar, y si tienes la suerte de tenerlo, no lo desperdicies.

Ah, y si aun así te han quedado ganas de rodar con dinero, la próxima semana publicaré un post sobre cómo conseguir levantar pasta para tus proyectos.

¿Qué opinas de esto? ¿Crees que se puede/debe hacer cine sin dinero? Me encantará leerte en los comentarios abajo :)

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