⚾ Qué es el pitching de proyectos para cine

 

Ayer estuve escuchando una charla de las conferencias Iberseries Virtual sobre el pitching de proyectos por Marian Sánchez. Tomé algunas notas y ello me llevó a reflexionar sobre los pitchings de la residencia de la Academia de cine de este año.  

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Por si no sabes lo que es un pitching, es una presentación breve de un proyecto en desarrollo. La primera vez que me enseñaron el término fue cuando hice una visita en Pixar studios en Emeryville, CA. Me explicaron el “elevator pitch” como una presentación muy breve para que cuando te cruces con el presidente de tu empresa en el ascensor y quieres que produzca tu peli, puedas contarle la propuesta en el tiempo que él tarda en llegar a su planta para que le llame la atención y te conceda una reunión más extensa. El elevator pitch dura unos 90 segundos, es decir, es muy breve. Pero hay pitchings de varias duraciones: 3 minutos, 5 minutos, etc. Por lo general es breve. Hay competiciones de pitching (como la de la convocatoria de Ibermedia) a los que acuden productores, distribuidores, etc. e interesados para valorar proyectos y decidir si les dan una oportunidad para invertir en ellos. Al menos esa es la teoría. Esta práctica es importada de Estados Unidos, como parte de un proceso en una industria del cine donde preparas un proyecto, lo presentas en un pitch, una productora lo ve y te pagan por realizar el desarrollo y luego pasa a la producción tras la venta a distribuidoras, plataformas o cadenas. Y digo en teoría, porque aunque eso funcione así en Hollywood donde la industria es muy grande y sólida, en la industria cinematográfica en Iberoamérica es diferente. Se importa el concepto de pitching, sin embargo no se puede importar la industria como tal, simplemente porque son contextos distintos. Es aquí donde tenemos que plantearnos, ¿qué lugar ocupan los pitchings en el contexto Iberoamericano?

El cambio de paradigma del pitch

Según Marian Sánchez, quien impartió la conferencia, debemos entender el pitch como una herramienta de gestión de nuestra carrera profesional. Teniendo en cuenta que labrarse un hueco en la industria del cine en Iberoamérica es una maratón más que un sprint, y que pueden pasar años hasta que tu proyecto se haga realidad, tenemos que tomarnos el pitch no sólo como una herramienta de venta, sino una herramienta de la gestión de nuestra carrera. Me explico: 

Como he mencionado, en Enero acudí al pitch Work in Progress de las residencias de la Academia de cine. (Si aún no has leído mi artículo sobre las residencias de la Academia de cine, puedes hacerlo aquí). Allí conocí a creadores emergentes y me pude fijar en los proyectos que estaban desarrollando. Estos artistas habían pasado ya una criba (con una tasa de aceptación del 2%, que se dice pronto), de tal forma que los pitchings a los que acudía ya eran de los mejores proyectos. Por tanto, simplemente el hecho de ser seleccionado para realizar el pitch habiendo tantos proyectos queriendo participar es un logro ya en sí mismo. Al pitch acudieron productoras y distribuidoras que invitó la Academia. A mí me llegó la invitación a través de CIMA, la asociación de mujeres cineastas. (Si no has leído el post sobre el valor de asociarte en el cine, te lo recomiendo. Puedes leerlo aquí). Me pareció que fue una jornada productiva porque pude ver el camino que habían recorrido estos artistas para llegar hasta ahí y también pude comentar con ellos para saber qué expectativas y proyección tenían de sus proyectos  o de los próximos pasos en su trayectoria profesional.

Esta fue otra de las cosas que destacó Marian Sánchez en la conferencia: nuestro proyecto de cara al pitch no es sólo la película o lo que sea que queramos presentar, sino que también nos presentamos a nosotros mismos como cineastas. Cuando un inversor invierte en un proyecto, no lo hace sólo en el mismo. Los inversores inteligentes invierten en personas. En el caso de las startups, sólo una de cada diez sobreviven a los 2 años (cita). El éxito no depende solamente de la capacidad del emprendedor. Así, los inversores invierten en personas, no en proyectos. Si ves talento en alguien, podrá tardar más o menos de sacar algo de provecho adelante, pero lo sacará.  A lo mejor a un productor no le interesa tu proyecto en este momento, pero en cambio sí que busca un guionista para desarrollar una serie donde tú podrías encajar. Al fin y al cabo, el pitching es también una ventana de profesionales. 

¿Qué valor aportas tú?

Teniendo claro que no sólo vendes un proyecto, sino que también te vendes a ti, para preparar el pitch es necesario que encuentres tu valor diferencial: ¿qué aportas tú distinto a aquello que aportan los demás con tu proyecto y tu experiencia?

Según Marian, un error frecuente en sus estudiantes y en profesionales que se enfrentan a un pitch, es que no saben destacar su valor diferencial. Las respuestas más comunes a la pregunta “¿Por qué debería elegirte a ti y a tu proyecto frente a los otros?” son: 

· Porque tengo una trayectoria destacable 

· Porque traigo un proyecto sobre una temática que no se ha tratado anteriormente.

· Porque mi proyecto trata sobre la temática X y la cadena a la que le hago el pitch tiene una serie de temática similar que ha triunfado, pero desde otra perspectiva. 


¿Por qué estas cuestiones no representan un valor diferencial? Primero, tener una trayectoria destacable que avale la capacidad del artista de desarrollar el proyecto se da por descontado. Los proyectos que llegan al pitch han pasado una criba, con lo cual las trayectorias de todos ya destacan. En segundo lugar, decir que un proyecto es relevante porque trata una temática no abordaba no es una cuestión diferencial, es sólo un dato de cómo es tu proyecto. La pregunta que has de hacerte es ¿cómo aporta valor hablar de algo de lo que no se ha hablado aún? ¿Puede ser que nadie haya hablado de ello simplemente porque aquellos intentos que ha habido no han encontrado al público? Una cosa son los hechos, y otra el valor potencial que puedes aportar o no. Por último, puede ser falaz que una cadena quiera producir un contenido de la misma temática de otro que ya ha triunfado, porque eso depende de una coyuntura de cosas: del momento en el que se estrenó, del público en que se quería especializar la cadena, etc. ¿Qué pasa si la cadena o plataforma busca llegar a un nuevo tipo de público? En ese aspecto tu proyecto carece de valor. Busca de qué forma aportas valor y por qué has de ser tú quien lleve a cabo el proyecto. Si no aportas tu valor diferencial y el proyecto o temática tiene potencial, es sencillo que llamen a cualquier buen guionista para que desarrolle algo como le encargue un productor ejecutivo. ¿Por qué eres tú el mejor para desarrollar dicho proyecto? Eso ha de quedar claro en el pitch. Y para ello has de construir un buen relato, lo cual viene en el siguiente post. Suscríbete para no perdértelo.

Puedes seguir la conversación abajo en los comentarios.

Este post está basado en algunos aprendizajes de la conferencia de Marian Sánchez Carniglia de Ibermedia. Puedes volver a verlo aquí.

Recuerda que mi libro Instinto cineasta ya está disponible en papel y en Kindle aquí.


 
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