🏆 ¿Cómo es la carrera profesional de un cineasta? 🏆

 

¿Qué es la gestión de tu carrera profesional?

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Todos sabemos que ser cineasta no es como ser abogado, médico o fontanero. A diferencia de las profesiones de tradición más comunes, un cineasta es, además de técnico, artista. Al igual que para ciertas profesiones nos puede valer cualquiera que haya recibido una buena preparación y tenga experiencia, no sucede lo mismo dentro de los contextos artísticos: cada profesional es único, y aunque nos enmarquemos dentro de ciertos esquemas, tenemos que hacer un esfuerzo adicional en gestionar nuestra carrera profesional a través de la diferenciación. Es importante que reflexionemos sobre el punto en el que nos encontramos, qué queremos hacer, y cómo vamos a conseguirlo, lo cual voy a tratar en este artículo. 

En las carreras profesionales del cine he observado que hay diferentes estadios o etapas, cada una con unos retos particulares, que he clasificado. Seguro que puedes identificarte dentro de alguna de ellas, y seguro que hay muchas formas de distinguir el progreso profesional dentro de nuestro sector, pero las que yo planteo son estas: 

· Aprendizaje

· Profesionalización

· Diferenciación y especialización

· Desarrollo profesional y actualización

APRENDIZAJE

Consiste en la primera de las etapas, caracterizada en su mayor parte por la formación. Hay muchas maneras de formarse y meter la cabeza en la industria, como cuento en mi libro Instinto cineasta: formación profesional, escuela de cine, formación universitaria, ir por tu cuenta, etc. Mucha gente empieza sabiendo que le gusta el cine, y no es hasta que prueba muchos o todos los departamentos que descubre exactamente qué es aquello a lo que le gustaría dedicarse. 

En esta etapa, lo importante es aprender mucho de todo y trabajar con mucha gente en muchos contextos. El resto está en conocerte a ti mismo y averiguar hacia dónde quieres llevar tu carrera, y después practicar, practicar y practicar. Ello lo podrás reflejar en un portfolio o reel, que demuestre tu destreza y que te hará pasar a la siguiente etapa, la etapa de la profesionalización. Las dificultades de esta etapa suelen ser decidirte definitivamente por dedicarte a ello, en un contexto tal vez no muy favorable, o encontrar la financiación y el tiempo para acceder a la formación y a los proyectos que te pueden ayudar a encontrar tu hueco en la industria. 

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PROFESIONALIZACIÓN

En esta etapa ya has terminado tu formación para trabajar en la industria y es cuando te llegan los primeros trabajos. Has de esforzarte en crear relaciones con tu equipo, clientes, proveedores y en general gente de la industria, que te irán llamando hasta que tengas trabajo de forma recurrida. Las dificultades de esta etapa están en no desmoralizarse cuando sales de la estructura de la formación, y donde te enfrentas por primera vez al “mundo real” y has de perseverar en un contexto en el que tus amigos que no son de cine están empezando a tener trabajos fijos en consultoras o, depende de lo joven o no que seas, firmando hipotecas cuando tú aún estás recién salido al mundo laboral. Luchar contra la tentación de hacer cualquier otra cosa está a la orden del día. También es una etapa donde uno aprende a moverse en un entorno laboral, a hacerse valer, a trabajar su agenda de contactos y, en esencia, a “mover el culo”. 

Esencialmente, tienes un objetivo: que te llamen para trabajar. Es importante trabajar tu marca personal con el objetivo de que en el momento en el que necesiten a alguien para un puesto u otro, estés en su “short list” mental de a quién llamar. 

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Con el short list me refiero a un concepto que leí en El libro rojo de la publicidad, de Luis Bassats, el cual os recomiendo si os gusta la publicidad y la creatividad. En él, Bassats decía que el objetivo de los publicistas era posicionar el producto dentro del imaginario inmediato de las personas a las que se orientaba dicho producto. Pongamos un ejemplo: la comida rápida. ¿Dónde vas tú a comerte una hamburguesa por menos de 10€? Inmediatamente pensamos en McDonald, Burger King, The Good Burger… Todo el mundo tiene los contactos a los que recurre rápidamente porque son fiables y porque son con quienes trabajan bien. Tu objetivo es entonces, colarte en esa pequeña lista que tiene cada persona cada vez que necesita “un maquillador,” o “un dire de foto” o “un eléctrico”, etc. Para ello tienes varios recursos, que no pondré en este post para que no se quede muy largo. Hablo de algunos de ellos en mi libro, pero si quieres que escriba más sobre esto en el blog, puedes ponerlo en los comentarios, ¡y leerte el libro de Bassats también! 

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DIFERENCIACIÓN Y ESPECIALIZACIÓN

Llega un momento en el que encontrar trabajo ya no es un reto en sí, porque tienes esta recurrencia de la que hablábamos antes, por la que eres ya la primera o el primero al que llaman cuando sale un curro. Entonces te das cuenta que tu sueño era ser director de cine, o dire de foto en películas o… y que en realidad estás triunfando, haciendo dinero, y ya estás en la industria… de la publicidad. Es hora de aspirar a retos más grandes: como artista audiovisual, se te tiene que ver en la obra, se tiene que ver qué aportas cuando participas. Puede ser una visión original de cómo mostrar algo, o tal vez porque te gustan… yo qué sé, ¿las motos? ¿la estética pop? ¿la temática ecológicas? ¿trabajar para marcas internacionales?

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Esta etapa va más allá de aceptar los trabajos que te lleguen, para lucirte y llegar a conseguir tus ambiciones más artísticas o profesionales, ya sea trabajar con alguna marca concreta, tener un rol importante en una película de ficción, o dirigir el videoclip de tu artista musical favorito. 

Llegar hasta este punto es más o menos fácil. Es cierto que quienes han llegado hasta aquí ya han pasado muchos filtros, desde decidirse por formarse, perseverar en los difíciles momentos de salir al mundo laboral, y hasta lograr una estabilidad de flujo de trabajo y poder vivir de ello de forma más o menos tranquila o segura. Pero en mi opinión, donde realmente se parte el bacalao, es aquí. Como cineasta aspirante que empieza llegar hasta aquí te puede parecer ya un gran logro y una gran ambición, pero cuando llegas te das cuenta de que lo único que has hecho ha sido trabajar, trabajar y trabajar, y esforzarte cada día hasta este punto de forma natural, tal vez sin haber sido consciente de lo que significa la gestión de carrera. E independientemente del mérito que tengas, creo que lo difícil realmente sucede aquí. Lo ilustraré con un ejemplo: muchos directores de fotografía trabajan en publicidad toda su vida, con la ambición de virar hacia una carrera en el cine. La cuestión es que aunque la publicidad es una vía más segura y da mucho dinero a corto plazo, cambiar tu rumbo de la publicidad a la ficción es todo un reto. Para empezar, hay menos presupuesto en la ficción que en el cine, con lo cual hay menos profesionales trabajando en ello. Y para seguir, una vez te identifican en la caja de la “publicidad” todo el mundo se acuerda de ti para llamarte para ello pero en cambio nadie sabe que existes en la caja de “ficción”. Es un punto de la carrera donde su gestión ha de realizarse de una forma mucho más consciente y meticulosa. También sucede entre los cineastas documentalistas que quieren pasar a la ficción, así como en muchos otros casos. También puede que te esté sucediendo a ti, o te vaya a suceder, con lo que hay que estar preparado y trabajar siendo consciente de esto para ponerte lo menos difícil posible avanzar hasta el siguiente estadio o etapa. 

DESARROLLO PROFESIONAL Y ACTUALIZACIÓN

Si juegas bien tus cartas, entonces consigues tus objetivos profesionales y artísticos, y puedes considerar haber llegado a la cumbre de tu carrera. En estos casos, los profesionales ya son de renombre (que no famosos) en la industria, y suelen ser referencias para otros cineastas. No obstante, ello no quiere decir que sea una etapa sin retos. Mantener el éxito a veces es tan difícil como conseguirlo. Para empezar, toda la gente que te ha acompañado hasta aquí, probablemente sean personas que llevan tu mismo tiempo en la industria y piensan de forma parecida. Si tu éxito va ligado a una o varias marcas, artistas o empresas que se están quedando atrás, tú también eres susceptible a ello, o que llegue una crisis intrínseca al sector en que te mueves. Claramente, casi ningún profesional depende sólo de que le llame una persona, pero la idea es que has que seguir trabajando tus contactos y estando al día de las nuevas tendencias o corrientes que puedan surgir. Imagina que un montador que montaba en celuloide decide no aprender AVID. Uno no está exento de caer en el olvido o quedar encasillado en algo que ha perdido el interés. El reconocimiento y la fama es algo que viene y va, pero yo aún estoy lejos de llegar a este punto. 

En resumen, cada una de las etapas tiene retos a los que enfrentarse, con lo que debemos ser conscientes y trabajar constantemente nuestra gestión de carrera a través de nuestra marca personal, moviendo nuestros proyectos, y estando al día de qué se mueve en la industria. ¿Y tú? ¿A cuáles retos estás enfrentándote ahora? Ponlo en los comentarios y de esta forma, podremos ayudarnos entre todos. 

Recuerda que mi libro Instinto cineasta ya está disponible en papel y en Kindle aquí.


 
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